Dentro de las ideas, el cine no se encuentra solamente en las películas
- Casa Negra
- 20 abr 2019
- 3 Min. de lectura

Algo que nos ha dejado la reflexión del cine a través de las ideas, es que éste no se encuentran solamente en las películas, demostrando que no son simples objetos que sobreviven de manera individual como las grandes industrias nos hicieron entender, sino que el cine se extiende más allá de dos horas en una pantalla. Se encuentra también fuera de ella, se desarrolla en la lectura de una imagen estática, inmersa dentro de una Historia en la entendemos que tiene memoria, en donde todas y cada una de ellas no están desconectadas y que son parte de un proceso de constante retroalimentación.
El cine y su meditación entendieron que éste también se encuentra en una imagen cotidiana que pasa desapercibida para quien abrazó la avalancha de ideas que se le ofrecieron para afirmar que la pantalla no está llena de convenciones, que olvidó que a través de las palabras y el proceso de las mismas se llega a entender por meros instantes que el cine no siempre se encuentra en las supuestas grandes historias; también pertenece al tiempo y el espacio permeado de momentos humanos que se presentan muchas veces de manera simple a través de sonidos cotidianos como el goteo de una llave entreabierta que se mezcla con el sonido de los autos, de los vientos y el balbuceo de las personas que se convierten en las más alegre pieza musical.
El cine, en breves instantes, está en la forma que le damos a los recuerdos, y en cómo los acomodamos, asemejando al mejor editor que nos acerca a cientos de narraciones sin intermediarios. Tal vez también se encuentra en los miles de parpadeos que. desesperados. tratan de alejarse de la oscuridad y documentar lo esencial del andar en busca de la próxima imagen, esa que muchas veces nos sobrepasa y se aleja sin dejarse leer. O casualmente en el incesante pulso que hay detrás de una cámara que de manera independiente registra el croma de lo naturalmente invisible. Inmerso también en las obras que exponen que lo que vemos en la pantalla no es arte, y también en las palabras escritas que nos demuestran lo contrario.
Las imágenes se retuercen entre teorías que nos alejan de tópicos obsoletos que nos recuerdan que cine y literatura son dos lenguajes totalmente diferentes. Destruyendo de cierta forma la la palabra escrita que se niega a dialogar con la imagen en términos de igualdad.
El cine no siempre se encuentra en las películas ni en la admiración infundada hacia ciertos rostros, gestos, apariciones, vestidos, galas, alfombras rojas. Tampoco en la idealización en la que alguien olvidará la posibilidad de tener un acercamiento interpretativo en un primer caso y creativo, expresivo y productivo en otro. Y muchas otras se encuentra en una imagen tomada con un teléfono celular, con una cámara digital, o en el final de un libro que no habla de cine pero sí sobre la falta de angustia del protagonista que ha sido arrastrado a una celda donde será condenado, creando con esto vívidas imágenes en nuestras mentes.
Muchas veces para las ideas el cine se encuentra en la dialéctica entre el control y el azar, en las contradicciones y el deseo de ver, hacer y leer películas, pero también en los espacios que existen entre una y otra imagen, que sugieren miles de imágenes más. Está en la lenta pero persistente evolución del lenguaje cinematográfico junto a la necesaria contemplación del mismo que conduce a una verdadera lectura.
El cine también se halla en el estancamiento de su lenguaje haciendo que éste tenga una necesidad de renovación, y así hacer que nazca, se desarrolle y vuelva a morir. El cine no se encuentra meramente en las películas sino también en un montón de textos poéticos que producen un movimiento complejo de una afirmación y a la vez de una negación simultánea de otro texto. En el deseo de interactuar con el mundo y negarse a ser parte de él.
El cine ciertamente también se localiza en la percepción del receptor que aporta e interpreta de diversas maneras lo que la pieza nos brinda, revalorándolos y resignificándolos; y en la búsqueda personal de un lenguaje expresivo.
Está en el destruir en cierta forma la utilización de la palabra escrita que se niega a dialogar con la imagen en términos de igualdad. El cine no está meramente en las películas, también fuera de ellas. Acercamiento que nos ayuda a entender que no solo hay uno y que es cambiante, que se desborda y que se expresa de una forma múltiple que deriva de diversas corrientes tanto ideológicas, perceptivas como creativas.
Por José M. Delgadillo.
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