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Aproximaciones de la dilatación de la memoria

Por Ayax Byron


Se llama memoria a la facultad de acordarse de aquello que quisiéramos olvidar. Daniel Gélin

La actualización del pasado por medio del arte, ha sido un menester de carácter social con la responsabilidad en los hombros de un individuo de cientos de miles de ciudadanos y la obligación de las tierras que han atestiguado el derramamiento de sangre de sus hijos.

Las tortugas también vuelan (2004) film del iraní Bahman Ghobadi, nos expone a una comunidad kurda, que vive las tensiones del conflicto bélico que se desata a partir del fatídico atentado del 11 de septiembre de 2001.


El film apela directamente a la estética del cine iraní, desde que inicia el largometraje, la mente comienza a arrojar justo esa estética de films pertenecientes a la nueva ola del cine iraní. Este movimiento cinematográfico que surge a partir de rupturas socio-políticos en aquel país de medio oriente.


La película avanza con metrajes sensibles, sobre todo se destaca que se observa en gran parte del film a niños que se debaten entre la vida y la muerte en sus actividades diarias, como lo es extraer minas en los relieves de los valles.


Las memorias de la infancia, se hacen presentes de manera formal, por ser infantes quienes desarrollan y le dan tratamiento al film, sin embargo, es inevitable aterrizar a título personal la etapa de la niñez por medio de estos niños, una etapa que va enmarcando lo que representa la vida para muchas personas, es decir; un sufrimiento constante en donde la felicidad es endeble y sutil, un espejismo de la existencia.


Lo anterior sí, altamente schopenhaueriano (1), pero desde esta perspectiva; de nuevo muy schopenhaueriana, parece confirmarse con estos niños que la vida es un constante sufrir, la guerra los prepara para enfrentar la naturaleza misma de la vida, el sufrimiento.

Solo que dada la crítica que se redondea al apreciar todo el film, este sufrimiento solo lo viven ciertas personas, ciertos países, ciertos niños.


El avance tecnológico y el desuso, es otro tópico que arroja el film.

- Es la guerra, es el fin del mundo

Si no tienes dinero, no la compres

- ¿Podemos hacer un trueque?

Radios

- Pero ¿Qué dices? Las radios ya no valen nada (2)

Lo anterior se cita del film, en donde se desea adquirir una antena parabólica para saber del desarrollo de la disyuntiva geo-política de carácter bélica, apelando a que este film intenta estirar la potencia de la memoria en el cine, expone utilizando a la tecnología como pretexto, el hecho que el ser humano utiliza mientras le sirve, en cuanto la innovación se destaca, va desechando. Intuyo una gran metáfora, no sólo en lo tecnológico, sino, en toda la parafernalia que el ser humano emplea en su día a día.


Por supuesto, contemporáneamente lo tecnológico es un tópico relevante, el usar radios para el trueque, con el fin de adquirir una antena parabólica para ver TV, es exquisito.


Y, por último; y quizás lo más importante: el negocio de la guerra; Bahman Ghobadi va arrojando esquirlas de lo que representa para las naciones la guerra: un negocio perfecto.

Desde el hecho de las minas que extraen los niños, con el fin de venderlas a un intermediario quién después las venda a la sucesora de la liga de naciones.


Así como también, el trueque que realizan los niños con las minas americanas por armas largas, con el fin de preparase para la guerra.

El film con ciertos metrajes genera está crítica, la guerra, el negocio, el negocio de la guerra; esto aunado al avance tecnológico, el desuso y las memorias de la infancia, se halla un film que busca estirar la memoria y evocar en ella una potencia de no olvido.


Es menester mencionar al cineasta Theo Angelopoulos quién en su momento generó algo parecido con su “trilogía histórica” (3) misma que pretendía dejar un antecedente de los momentos duros y difíciles de la Grecia del S. XX.



Del sufrimiento del pueblo griego, donde todos sus ciudadanos pendían del hilo de las decisiones de los países imperialistas, de las garras de aquellos que escribieron la historia de la segunda mitad del siglo XX.


Angelopoulos, deja esa trilogía como un grito en medio del silencio que provoca el dolor del pueblo griego, la convulsión que dejó la sangre europea y la bocanada de aire putrefacta que proviene de oeste.


Así debe funcionar las tortugas también vuelan (2004) de Ghobadi; una obra de no olvido para el pueblo kurdo y el resto del mundo que sufre y llora las esquirlas imperialistas. El pueblo kurdo está mutilado física y sentimentalmente, las gotas de petróleo difícilmente restituyan los barriles de sangre que emanaron de los ojos de bebes, niñas, niños y todo aquel individuo árabe que sufrió los terrores de la guerra.


(1) “Toda la vida es sufrimiento, todo goce es aparente. Lo único que triunfará es el sufrimiento”. Arthur Schopenhauer.


(2)“Las Tortugas también vuelan” (2004) Dir. Bahman Ghobadi


(3) La trilogía histórica de Angelopoulos compuesta por Días del 36 (1972), El viaje de los comediantes (1975), Los cazadores (1977)

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