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La seductora idea: potencia del erotismo en Lust Och Fägring Stor de Bo Widerberg

  • Foto del escritor: Casa Negra
    Casa Negra
  • 26 ago 2019
  • 7 Min. de lectura

Por Ayax Byron

“El sexo es más excitante en la pantalla y entre las páginas, que entre las sábanas”

-Andy Warhol.


La potencia del cine es lo que le permite ser un arte muy amplio, la potencia le da la pauta al cine de ser transgresor, impactante, perturbador, insólito, seductor, desmoralizador entre otros conceptos más que hacen del cine único e interesante.


Hay ideas que al pensarse no tienen cabida en realizarse en aquello que llamamos “realidad”, esa idea pertenece única y exclusivamente a nuestro imaginario. Ya que en nuestra imaginación la idea; cualquiera que sea, se desarrolla sin pudor, la fantasía se apodera de nuestra psiquis, inundando el cuerpo de deseo y trasladando al alma a un mundo libre de tabúes donde todo es posible de la mano de tus conocimientos.


El cine apela a sus potencias al trasladar esas ideas a un proyecto cinematográfico y dentro de estas ideas y estas potencias, encontramos el erotismo.


El erotismo es una idea que vive y se resguarda en la imaginación: la carnalidad y la atracción entre los seres vivos es natural por su vínculo con la reproducción y el objeto de está la conservación de la especie. Sin embargo ¿Por qué sí es natural, sí es propio de los seres vivos no se genera un erotismo puro en la realidad y se mantiene en la imaginación?


A lo largo de la historia de la humanidad se han generado prejuicios alrededor del erotismo estos mismos prejuicios impactan en la práctica erótica. Está extraviado el sentido naturalista del erotismo y se ha inundado por creencias derivadas principalmente del dispositivo pornográfico, se menciona lo anterior ya que en la actualidad se confunde constantemente e incluso se llega a concebir como uno mismo.


Esta mala praxis, es porque el erotismo al no percibirse naturalista se le guarda en el mismo baúl en el que se guarda al entretenimiento para adultos. Sin ser lo mismo, el dispositivo pornográfico y el erotismo se les tacha, se les juzga por prohibido, incómodo y termina resultando tabú.


A pesar de ello hay realizadores que se aventuran a crear un cine donde el erotismo, la carnalidad y la seducción son el punto de partida para contar una historia que muy probablemente estuvo escondida en lo más recóndito de la mente con posibilidades de salir y materializarse en arte o de quedarse y alimentar prejuicios.

Justo ahí, en esa salida encontramos el film sueco Lust Och Fägring Stor (1995); en su traducción del sueco al español “Gran lujuria y belleza” del cineasta y escritor Bo Widerberg.


Dentro del erotismo y sus aristas, se encuentra en este largometraje nórdico una situación muy peculiar: la atracción entre una maestra y su alumno. Una seductora idea que puede embriagar a hombres y mujeres por la pasión de lo conocido o lo desconocido, atentar contra una relación jerarquizada que ante los ojos de la sociedad sería un acto reprobable, digno de examen extraordinario o recurse de materia.


Sin embargo, lo noble de la historia es justamente de que se trata de una maestra y un alumno. El joven adoleciendo las incógnitas de la sexualidad, viviendo una etapa bélica y conociendo al mundo a través de los ojos de la docente.


La maestra, entrando a esos años donde la juventud comienza a alejarse y la experiencia deja de ser un valor agregado, para convertirse en objeto de seducción.


No hay una intención arrebatada por ninguno de los dos involucrados; en un principio. sino que la fascinación natural engendrada por los cuerpos y potencializada por los sentidos, así como caballos desbocados en un enorme campo, corriendo exacerbados, deleitándose con el suave viento que recorre sus cuerpos. Así se percibe la carnalidad entre estos dos individuos, entre Stig y Viola.


De nuevo, en primera instancia, esta postura de una relación entre una maestra y un alumno regida por actos sexuales, se percibe transgresor de inmediato, empero, enfatiza una fantasía que se apodera de mujeres y hombres en alguna etapa de la vida académica; se debe mencionar que no se generaliza a todas las personas, no se tacha a todos los individuos del planeta de estar sujetos a fantasías con sus docentes.


Pero si un porcentaje considerable, de que las personas en la etapa estudiantil han tenido una especie de idolatría hacia un profesor o profesora en específico; no necesariamente dejándose hechizar por una idea erótica; en primera instancia, sino quizás la fascinación de la palabra, la revelación del conocimiento, la atracción intelectual, el encanto físico, el fetichismo jerárquico, la incitación al pensamiento, entre otras cosas que generan la pauta hacia una posible entelequia entre los amantes del conocimiento.


Justamente sucede esa cuestión entre la profesora Viola y el alumno Stig en el film de Widerberg; comienza la relación con un interés académico, mismo que deslumbró a uno y otro con deseos, inquietudes, carencias, sensualidad mismo que se termina consolidando en aventuras pasionales.


Es necesario mencionar que Stig tienen un empleo en un cine como vendedor de dulces, situación que da pauta a especular “el por qué” de este particular trabajo, podría ser una metáfora que utiliza el autor acerca del amor al séptimo y/o su tendencia de cinéfilo y el cómo se desarrollaba esta actividad a mediados del siglo de XX, claro lo anterior partiendo de creencias o posibilidades.


Es importante destacar el empleo de Stig en el cine, ya que hay dos acontecimientos que en el desarrollo del film son clave. Que generan un diferenciador de los films eróticos clichés, aunado a lo ya anteriormente mencionado.


Lo anterior alude a la escena de Stig y Lisbet en el departamento, por un lado. Así como, la escena donde Lisbet encuentra a Stig y a su maestra teniendo relaciones sexuales al final de la sala de cine.


Al tener las dos escenas identificadas, que destacan para ir diseccionando las potencias del cine y las potencias del erotismo en el cine.

Primero; el rodaje avanza y nos encontramos una reunión entre amigos y familiares, donde está la familia de Stig y de Lisbet, una niña que al igual que Stig está viviendo épocas difíciles, cobijadas por la guerra en el orbe, sin embrago, su interés en los hombres, especialmente en Stig está presente, para ello se las arregla para encontrarse en el departamento vacío, con Stig, ya que su familia también está en la reunión.

Lisbet se entrega en cuerpo y alma al joven sueco, sin embargo, este queda helado al vislumbrar el calculador plan de la chica. La chica desnuda, busca refugio tras la fría y neutral postura del joven.


Es forzoso mencionar puntualmente lo anterior, ya que a partir de esa manifestación de amor puro de la jovencita y no solo de experimentación sexual, como con la maestra, Stig comienza a desviar su postura con la docente, en la que se vertía solo sexo y fetiches sin ningún afecto más profundo.


Y aquí la primer conexión entre el empleo de Stig y la historia erótica, ya que arrepentido por su actitud con Lisbet, y algunos problemas que se comenzaron a gestar entre Viola y Stig, fue a buscarla al gimnasio del colegio para reunirse con la chica y materializar su amor, dentro del gimnasio mientras los chicos se fundían en cándidos besos, Lisbet pregunta ¿Dónde aprendiste esto? Refiriéndose a besar, y el chaval contesta algo así, como trabajo en un cine y veo en las películas cómo se hace.

Una potencia del cine, sin dudas, ya que te genera un conocimiento determinado de cómo se deben hacer ciertas actividades, y precisamente citando algunos elementos del inicio de este texto, el cine erótico y el dispositivo pornográfico tienden a concebirse por igual, ya que dictan las maneras y las formas de cómo llevar a cabo específicamente la manifestación de amor o la no manifestación del amor, es tan potente la imagen que te enseña a besar, te enseña como se debe declarar el amor o como debe ser vivido el duelo de un rechazo amoroso.


En segunda instancia, dentro del cine donde labora el muchacho Stig, se citan para encontrarse con el Viola y Lisbet, la maestra con un deseo sexual desbordado y Lisbet con la inocencia del primer amor, Viola seduce y enreda a Stig en un acto con tendencia voyeurista al mero estilo de John Waters, solo que sin ser tan extrema.


Lisbet los encuentra y la decepción es inmediata, no obstante, Stig quiere a la jovencita y desprecia a la profesora. Viola lo percibe, pero no tiene control sobre su sexo, postura que el autor propone muy sutilmente desde el inicio, un naturalismo en la sexualidad de Viola donde Stig es un elemento, si bien es cierto Stig se permite seducir por su curiosidad y su creciente líbido.


Ineludible citar al cineasta danés Lars Von Trier con su Nymphomaniac Vol. I y II (2013) en donde se expone a una chica que tiene una predilección igual a la de Viola; una carnalidad con la que nacieron, natural, inherente.


La exploración, la curiosidad, la indagación es colateral, su ninfomanía es normal y evidente, tanto Joe con Von Trier y Viola con Widerberg. Otro elemento más para la confusión entre erotismo y dispositivo pornográfico, el erotismo en Von Trier y en Widerberg no tiene la intención de llevar al éxtasis sino de mostrar un naturalismo puro, a diferencia del dispositivo pornográfico que no tiene nada de naturalista, absolutamente nada y su objetivo es nublar la mente y alebrestar el cuerpo lo más rápido posible.


Widerberg cierra el filme con unos metrajes que apelan a la crítica de la guerra, enfatizando la naturaleza humana, ya tan mencionada, un cierre poético entre flamas y libros, metáfora que engloba el inicio y el fin de la relación entre un alumno y su maestra, es imposible no recordar con esa misma metáfora a La pianiste (2001) de Haneke, una idea que asalta sin tener previsto un plan; que la idea lleva a la seducción y la seducción al sexo, donde este es solo es un instrumento, un medio para satisfacer algo que parece ser más que una necesidad humana.


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